El otro lado


En El otro lado, un joven artista recibe una extraña invitación de un antiguo compañero de escuela: ir a vivir, junto a su esposa, al Reino Soñado, un país ubicado en algún remoto territorio de Asia Central, donde todas las necesidades materiales se encuentran satisfechas, y sus selectos habitantes pueden dedicarse sin complicaciones a la vida espiritual.

Escritor imprevisible y perfecto, Alfred Kubin fue también un reconocido dibujante y precursor del expresionismo; su oficio de ilustrador pareció haberlo dotado de un extraordinario talento gráfico para narrar: El otro lado, su única novela, abunda en imágenes espléndidamente delineadas, oníricas escenas de una inusual potencia. La quimera impresiona ser el destino inexorable de todos sus personajes, en una atmósfera que se va volviendo cada vez más esperpéntica.

Considerada por Herman Hesse una obra maestra, admirada por Franz Kafka, El otro lado relata, en esencia, el desmoronamiento de una utopía. Su lectura prodiga el raro hechizo de estar frente a una milagrosa iluminación.

Alfred Kubin nació el 10 de abril de 1877 en Leitmeritz, una ciudad del norte de Bohemia. Siguiendo la tradición familiar, ingresó en la carrera militar, pero una serie de crisis nerviosas lo obligaron a abandonar tempranamente el Ejército. En 1898, comenzó su educación artística en la Escuela de Bellas Artes de Schmid-Reutte y más tarde en la Academia de Múnich, donde descubrió a Odilon Redon, Edvard Munch y Max Lingner.

Pese a que Alfred Kubin desarrolló su obra fundamentalmente como grabador y dibujante, su celebridad provino de la literatura, en particular a partir de la publicación de El otro lado, que se convirtió en un clásico del género fantástico. Es autor también de Historias burlescas y grotescas, El trabajo del dibujante y El gabinete de curiosidades.

Ilustró, entre otras, las obras de Edgard Allan Poe, Honoré de Balzac, Franz Kafka, Gustav Meyrink, Gérard de Nerval y Fiodor Dostoievski.

Murió en un pequeño castillo de Zwickledt, el 20 de agosto de 1959.